Ingredientes:
Se van a utilizar unos 4 limones grandes (3 de un 30% de cáscara), 200 gramos de azúcar, medio litro de agua, dos claras de huevo, un pellizco de sal.
Preparación:
Se comienza por pesar el azúcar y medir el agua.
Se pone esta última a calentar y se vierte el azúcar.
Normalmente se usan limones corrientes. Aconsejo seleccionar ejemplares con la piel bien tersa, brillante y con matices verdes, que son los más aromáticos
Se diluye el azúcar progresivamente, sin dejar de dar vueltas, hasta conseguir un almíbar ligero. Se apaga y se deja enfriar.
En otro recipiente se preparan los limones lavándolos.
Se sacan las semillas si se quiere, se exprimen hasta conseguir un vaso (tamaño de los de agua) de zumo, que se cuela.
El zumo se mezcla con el almíbar ya del tiempo, se echan ralladuras (de medio limón de los corrientes aprox.), se mete en el congelador.
A las pocas horas tenemos hecha una pasta.
Batir las dos claras a punto de nieve fuerte, es decir, que no se cae volcando el recipiente o que es capaz de sostener un cubierto de pie sin caerse.
Se remueve el sorbete de almíbar- limón, se mezcla con las claras, se remueve, se da un pase de varillas y se mete en el congelador
Una vez helado sacar un pedazo, hacerlo cubitos y echarlo en el vaso de la batidora, dándole un pase de la misma.
El resultado excepcional, os lo garantizo.
Aquí lo que va quedando y el aspecto del mismo bien helado.
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